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El reconocimiento del hecho de que no es posible controlar la propia conducta a la hora de dejar de realizar una conducta perniciosa (una adicción) para uno mismo es una de las experiencias más duras con las que pueda enfrentarse una persona. Conlleva el sentimiento de pérdida de libertad, fracaso, tristeza e impotencia entre otros.

Además del malestar que conlleva, al principio imaginarse que no va a volver a realizarse la conducta que durante tanto tiempo ha formado parte de la propia vida y que durante tanto tiempo dio satisfacción y placer. Es por ello, que sea una de las características más sobresalientes a la hora de solicitar ayuda por los problemas que se derivan de padecer una pérdida en el control de impulsos, reconocer que tiene un problema y que por uno mismo no es posible realizar el cambio que añoramos y que nos demandan los seres queridos.

Reconocer un problema de adicción

Los sentimientos de vergüenza, culpa y negación asociados con la adicción es una de las dificultades con las que se enfrenta el adicto. A esto se le añade el exceso de confianza y costumbre adquirida de autojustificarse y negar que se tiene un problema a pesar de las evidencias en contra. Las formas más comunes de “autoengaño” que impiden ver la realidad de su vida son:

  1. Negación terminantemente «No, yo no tengo ningún problema.»
  2. Minimizar el problema: «No es tan grave.»
  3. Abstracción selectiva: Evitar hablar de las evidencias y centrarse en aspectos personales donde se muestra competente .
  4. Culpar a otros o “Proyección”: Justificar la propia conducta cómo una consecuencia directa del modo de proceder de los demás. “Ej. Han provocado mí ira y me he desahogado consumiendo”
  5. Racionalizar e intelectualizar: «Mi consumo no es tan grave cómo el de un adicto que consume todos los días”. “Multitud de personas famosas y genios han consumido sustancias y no les ha generado problemas” “Hay sustancias buenas para la salud porque se usan también para fines medicinales”

Los adictos no solo manipulan a las personas de su alrededor

En este sentido, es importante comprender, que los adictos no solo tratan de manipular a las personas de alrededor. En el momento en que se niega la existencia de su problema, realmente pueden estar creyendo estar diciendo la verdad. Complejos procesos psicológicos motivados por el deseo pueden provocar un bloqueo en su conciencia de las evidencias en contra.

En cierto sentido, los adictos mantienen una percepción de control y libertad sobre sus vidas de tiempo atrás. Cuando la adicción no era tan intensa, con el añadido de “la buena intención y deseo” de hacer las cosas lo mejor posible. Si bien, ya no se dan las condiciones que permiten que las cosas sean cómo se imaginan. Todo lo contrario, piensan una cosa y ocurre lo contrario, elaborando una justificación a posteriori.

A la persona que debe convivir con un adicto la negación puede resultar desconcertante. Los argumentos y las racionalizaciones del adicto pueden ser tan convincentes como para hacer perder la confianza en la existencia de un problema. Hay que tener en cuenta, que el objetivo “inconsciente” del mecanismo de negación es evitar que nadie interfiera en el uso de las sustancias.

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Recuerda que en Clínica Integra PsicoOlivencia, tu centro de psicología en Roquetas de Mar, somos especialistas en el tratamiento de adicciones. Te ayudaremos a solucionar los problemas de adicción y te ofreceremos herramientas para poder lidiar con ellos en un futuro.

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