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Las adicciones de cualquier persona afecta inevitablemente a todas las personas con las que mantenga algún tipo de vínculo. Normalmente la familia. Lo cual llega a ocasionar no solo conflictos, manipulación, trastornos emocionales y sufrimiento, sino un cambio profundo en la forma de relacionarse, comunicar y entender el mundo de los diferentes miembros de la familia. De especial gravedad cuando se trata de niños que dependen de padres que están bajo la influencia del desarrollo de un proceso adictivo.

La psicología clínica especializada en el tratamiento de las adicciones tiene cómo labor inicial asesorar para que comprenda el proceso que lleva a que la familia luche entre sí y caiga en auto culpabilizarse o culpar a terceras personas de la conducta adictiva. Se le asesora de cómo se produce la manipulación del trastorno adictivo y cuál es el modo de proceder más efectivo para contribuir a que finalmente el adicto solicite ayuda. El asesoramiento para permanecer unida es esencial para ayudar a que el adicto adquiera consciencia de problema.

Efectos de las adicciones en el entorno familiar

Las adicciones pueden tener diferentes formas, desde el abuso de sustancias como el alcohol y las drogas, hasta la adicción a la tecnología, los juegos de azar y otras conductas problemáticas. Independientemente de la forma que adopte la adicción, el impacto en el entorno familiar va a ser él mismo.

El principal efecto de las adicciones son las discrepancias entre los diferentes miembros de la familia a la hora de explicar porqué se produce esa conducta, que ha llevado hasta esta situación y cuál es la responsabilidad de los allegados con respecto al adicto.

La persona a lo largo del proceso gradual por el que desarrolla una adicción va despegándose de los demás, haciéndose más irritable, más irresponsable, más prepotente y pesimista, con tendencia a culpar a las circunstancias y allegados de los problemas que sufre o incluso del propio consumo. Es habitual que establezca alianzas una parte de la familia, manipulando la información y omitiendo parte de la realidad. Es por esto que se dice habitualmente que las adicciones afectan a la comunicación y confianza entre los miembros de la familia, lo que debilita los lazos emocionales entre ellos pudiendo conllevar a desencuentros y conflictos graves entre ellos.

Características de la comunicación

Las características de esta comunicación se describen habitualmente en los manuales de psicología clínica cómo “Comunicación disfuncional” desarrollándose los siguientes patrones de conducta cómo una reacción a la manipulación y omisión de información propiciada por el adicto:.

  1. Violencia sorda. Los sentimientos suelen expresarse a través de grandes enfados. Saben que algo está mortificando a la madre, o al padre, o a la hermana, pero tienen que adivinar de qué se trata.
  2. Intimidación. En la familia adictiva se acostumbra hablar de los miembros de la familia a sus espaldas. Los miembros de la familia adictiva suelen estar todo el tiempo en guardia ante la posibilidad de ser víctimas de una agresión psicológica.
  3. Triangulación. Los miembros de la familia adictiva tienden a comunicarse a través de otro, en lugar de uno con otro. Si la madre tiene una queja contra el hijo, se la transmite al marido o a la hija, sabiendo que le llegará a su hijo.

¿Cómo puede ayudar un tratamiento?

En primer lugar, los psicólogos podemos trabajar con la persona adicta para ayudarla a comprender las raíces de su adicción y a desarrollar estrategias efectivas para superarla. Esto puede implicar terapia individual, terapia de grupo y asesoramiento sobre el desarrollo de la adicción.

En segundo lugar, los psicólogos podemos trabajar con la familia para ayudarla a entender la conducta de la persona adicta. En este sentido, es esencial comprender, el deseo inconsciente del adicto de hacer perder la paciencia y provocar la rabia. Su malestar interno causado por el consumo busca una justificación en todo lo que le rodea. De este modo, el adicto proyecta odio o culpa hacia los demás agrandando aquellos fallos o actuaciones de los demás para justificar su equivocada suposición.

El adicto tiene la habilidad de despertar ansiedad en la familia, logrando así que se sientan obligados a hacer por él lo que debería hacer por sí mismo. El adicto en activo ha aprendido que su familia no le dejará sufrir las consecuencias de sus malos actos, para evitar la ansiedad, y repetirá la misma conducta cada vez que esté en una situación comprometida.

adicciones

Así pues, de forma inconsciente y por ignorancia, el progreso de la enfermedad puede fomentarse por la familia, cuando ésta es incapaz de hacer frente, de forma constructiva, a la ansiedad que el adicto despierta en ella.

Esta situación forma parte de la enfermedad: ni el adicto ni la familia saben o son capaces de enfrentarse a la realidad. El adicto en activo nunca aprenderá a resolver sus problemas y asumir las consecuencias de manera responsable si la familia se adelanta y lo resuelve ella. Esta conducta es un “remedio casero” que aumenta la irresponsabilidad del adicto y que hay que ir corrigiendo durante el tratamiento meses después al estar constituida en actitud habitual.

Es importante destacar que el tratamiento de las adicciones puede ser un proceso largo y difícil, que requiere tiempo, esfuerzo y compromiso por parte de todos los miembros de la familia. Sin embargo, con el apoyo adecuado de profesionales de la psicología, la familia puede superar las dificultades y encontrar una vida más equilibrada y saludable.

Clínica Integra PsicoOlivencia en Roquetas de Mar

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