Las personas nos encontramos “sorprendidos” por los acontecimientos negativos que nos suceden y cómo estos nos hacen sentir. Vivimos nuestras propias respuestas ante la vida. Debemos afrontar los acontecimientos de la vida que estamos viviendo y de la que somos los actores principales. Nuestra vida parte de unas creencias que determinan y provocan unas respuestas emocionales que vivimos en primera persona.
¿Cómo afrontar los acontecimientos negativos de la vida?
En cierto modo, esperamos que los acontecimientos de la vida pasen como esperamos, es decir, según nuestras expectativas y deseos. En el momento en el que no suceden de esta manera, nuestro cuerpo, estado de ánimo, emociones y sentimientos afloran. Nos afecta sentirnos mal porque es un reflejo de que la realidad no es satisfactoria.
Relacionamos directamente la sensación de no tener éxito, de no estar cumpliendo nuestros deseos o satisfaciendo nuestras necesidades. En definitiva, estamos fracasando. Somos conscientes de ese malestar con las repercusiones que ello puede conllevar, puesto que en ese estado de ánimo es mucho más difícil ser exitosos o pensar de manera más positiva.
Es en este momento cuando un estado emocional puede favorecer pensamientos del mismo “signo”. Es decir, puede existir una retroalimentación negativa de los pensamientos. Por ejemplo, te enfadas y tienes pensamientos “enfadados” que producen más emociones de ira, rabia y percepción de injusticia. Lo cual lleva a que se mantenga este estado emocional en el tiempo.
Inteligencia emocional ante las emociones negativas
Así mismo, tenemos algunas experiencias emocionales que son fundamentalmente fruto de reacciones a eventos basados en el propio medio. Otras experiencias emocionales son fundamentalmente reacciones a los propios pensamientos, acciones y sentimientos.
Actuar con inteligencia emocional no se trata solo de sentir las emociones, también tienes que aprender a regular tanto la experiencia emocional y la expresión. Ser capaz de postergar tus respuestas, conocerlas y de reflexionar acerca de ellas es intrínsecamente humano.
Parte de la inteligencia emocional consiste en la capacidad de regular tu emotividad de modo que te sirva de guía para la acción, pero que no sea una obligación a actuar. Resulta importante que seas capaz, tanto de permitir que tus emociones te movilicen, como de poder calmarlas y reflexionar acerca de ellas.
Objetivos del proceso terapéutico
El objetivo del proceso terapéutico, entre otros aspectos, es aprender de sí mismo a identificar lo que está sintiendo en un momento dado. Dándole sentido a esos sentimientos y emociones, construyendo nuevos significados para encontrar soluciones que den sentido a la vida.
Recuerda que el primer paso para iniciar una relación de pareja es estar bien contigo mismo. En Clínica Integra PsicoOlivencia, tu centro de psicología en Roquetas de Mar realizamos una evaluación previa para cada caso de manera individualizada. Contacta con nosotros, estaremos encantados de poder ayudarte.
