- Entre las muchas consecuencias y efectos que provoca la adicción en una persona, destaca el desarrollo de una visión de la realidad y de sus posibilidades que no son acertadas. Con una marcada tendencia a sobreestimar sus posibilidades. Con una ilusión de control que no corresponde con la realidad. En definitiva, con una capacidad que luego no es tal. Se siente con más fuerza de la que tiene en realidad para conseguir sus metas y objetivos. Durante años de adicción va perdiendo la capacidad de establecer la relación entre sus iniciativas y las consecuencias en el tiempo. Por lo que luego termina sacando conclusiones que no son ciertas. Y cuando eso vuelve a ocurrir cuando lleva un tiempo sin consumir las consecuencias son nefastas porque sobreviene estrés, caos, problemas, insatisfacción, frustración y discusiones. Es habitual que se tomen iniciativas nobles con buena voluntad, pero que no pueden ser sostenidas en el tiempo. Y aunque lleve, cuando eso ocurre, varios meses o incluso el año sin consumir, el deseo de consumo vuelve con facilidad al desplomarse el “castillo de naipes” que se ha orquestado sin estar preparado aún para ello. Cuando esto ocurre, viene asociado con dificultades y problemas que conllevan estrés, agotamiento y sufrimiento, lo que inevitablemente aboca al recuerdo y añoranza de costumbres del pasado que estaban asociadas a la adicción. Lo que finalmente, termina irremediablemente en la fantasía de controlar el consumo, con la justificación (autoengaño) de que lleva varios meses sin consumir y con mejoras en su vida.
En todo este proceso, la familia es otra víctima de la ingenuidad. Principalmente porque han deseado durante tanto tiempo que acabe la pesadilla de la adicción que se conforman con que durante unos meses se haya eliminado la adicción y se haya mejorado en todo. Desde la falta de visión de conjunto y de la complejidad de las secuelas que la adicción provoca en el adicto, espera que todo se mantenga cómo hasta el momento. Y con ello se conforman, estableciendo alianzas encubiertas con el adicto frente a la insistencia del terapeuta de que aún no se ha desarrollado una vida realista. A los familiares, les es difícil comprender que para una anulación completa de la adicción ha de mantenerse durante un tiempo determinado los nuevos cambios, además del desarrollo de un nuevo proyecto de vida que contenga principios, costumbres y relaciones humanas en contra de la adicción y de la forma de vida adicta. La fantasía, la precipitación y el no establecer prioridades en los nuevos cambios de vida es uno de los efectos que provoca la adicción en la forma de pensar de las personas. Hay otros efectos que iremos explicando en próximas comunicaciones.-