La mayoría de las personas creen que las adicciones están relacionadas con la droga, el tabaco, el alcohol y el juego, pero hay mucho más que rascar cuando hablamos de adicciones.
En estos últimos años han surgido nuevas adicciones debido al avance de la tecnología, como al móvil o a internet. No obstante, también existen personas adictas al sexo, a las compras, a las comidas e incluso al trabajo.
¿Qué es una adicción?
La adicción es una dependencia a cualquier sustancia, actividad o relación, que lleva a las personas a tener comportamientos autodestructivos. En algunas ocasiones, la persona que lo sufre es consciente del daño que esto le provoca.
La persona adicta abandona por completo sus intereses principales para poner el foco de forma compulsiva en la actividad o en el consumo que le genera placer. Y la mayor consecuencia de esto, es el progresivo deterioro de su salud y de su vida laboral y personal.
Causas para que una persona llegue a ser adicta
Bajo nuestra experiencia, podemos determinar ciertos factores de riesgo que pueden causar que una persona sea más vulnerable a la adicción:
- Conflictos familiares
- Consumo de sustancias por parte de los padres o familiares cercanos
- Abuso físico
- Poca disciplina familiar
- Depravación económica y social
- Patologías psicológicas relacionadas con trastornos
- Influencias de amistades propensos al consumo de sustancias o actividades que generan adicción
- Conflictos graves
- Situaciones de crisis
Síntomas de las adicciones
Independientemente del tipo de adicción que se padezca, existen diferentes síntomas que son fáciles de detectar:
- Pérdida del control sobre los sentimientos y pensamientos
- Aumento de la tolerancia
- Preocupación recurrente por conseguir la sustancia o por pasar más tiempo realizando la actividad placentera
- Dependencia de la sustancia o actividad
- Pérdida del interés
- Cambios en los hábitos
- Problemas en el trabajo, en el lugar de estudio o en las relaciones interpersonales
Pasos para superar la adicción
1º paso: La recuperación
Recuperarse de una adicción puede ser una de las experiencias más emocionantes que pueda llevar a cabo una persona a lo largo de su vida. Lejos de constituir meramente un sufrimiento, puede abrir una puerta al aprendizaje de un modo de vida mucho más gratificante, y dar la ocasión de conocer y reclamar aspectos de uno mismo hace tiempo desplazados por el consumo; recobrar un sentido de significación y propósito en la propia vida y entablar relaciones más profundas y satisfactorias.
Pero librarse de la adicción requiere algo más que la voluntad de hacerlo. Significa, ante todo, cambiar el modo en el que uno vive. Implica reciclar el estilo de vida para crear una estructura sana en su lugar.
Ahora, para recuperarse, el adicto debe empezar por dejar de evitar y reprimir sus sentimientos y creencias para pasar a aceptarlos y afrontarlos.
Pero ¿qué es lo primero que hay que hacer para encontrar un nuevo camino cuando alguien tiene una adicción? Interrumpir el ciclo. Dejar de hacer las mismas cosas de siempre y escapar de esos hábitos nocivos.
De manera que el primer objetivo de la persona que procura recuperarse consiste en: dejar de consumir drogas, realizar actividades o juntarse con determinadas personas para evitar sus sentimientos. A tal efecto, debe apartarse del circuito adictivo que lo lleva a dar vueltas y vueltas sobre su adicción, entre el modo de pensar adictivo, el estado de ánimo negativo, el impulso a la adicción y la conducta adictiva. Es imposible recuperarse de una adicción sin antes romper ese ciclo. El camino a la recuperación empieza por una total abstinencia.
No obstante, la abstinencia tampoco tiene por qué ser un proceso atroz que hay que sufrir estoicamente. Para mantener la abstención la persona puede adoptar unas medidas que proporcionen alivio a su nuevo estilo de vida, de forma que no necesite recurrir a su conducta anterior, o sea, al alterador del estado de ánimo. Esto implica, entre otras cosas, permitir que un sistema de apoyo formado por otras personas se convierta por ahora en su alterador del estado de ánimo (pero para positivo).
Debemos hacer una advertencia: las personas propensas a la adicción suelen esperar resultados perfectos y de un modo inmediato. Al principio de la recuperación, esto puede llevarlos a pretender mucho, demasiado pronto; tal vez aspiren a apartarse de la adicción sin ningún tropiezo, a solucionar instantáneamente todos los problemas que han tenido en su vida durante años, a no tener nunca una apetencia ni un traspié (una reincidencia en el consumo de la adicción) y a vivir felices de ahí en adelante.
La recuperación es un proceso que podríamos comparar con aprender a andar en bicicleta. En ocasiones es necesario intentar librarse de la adicción varias veces antes de lograrlo finalmente. Aún entonces, es posible tener un traspié, en especial al principio. De modo que lo mejor es no juzgarse y ser uno mismo. Tropezar en la primera etapa de la abstención es tan habitual, que no se debe tomar como una derrota. Eso sí, lo más importante es volver a ponerse en pie, sacudirse la ropa y volver a intentarlo; pero esta vez asegurándose de contar con más ayuda y apoyo.
En Olivencia Psicología ponemos en práctica diferentes tratamientos para las adicciones con los que ayudamos a liberar a cada persona de sus comportamientos autodestructivos y dependientes de forma personalizada y adaptada al ritmo de cada uno. Llámanos o escríbenos y reserva tu cita.
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